jueves, 5 de junio de 2008

El esqueleto Humano

El esqueleto Humano



sistema esqueletico

Oculto bajo la piel y los músculos, rico en un mineral llamado calcio, y dotado de una increíble fortaleza, se encuentra un sistema que nos sostiene y da forma por dentro. Es el sistema esquelético, nuestra estructura ósea, que posibilita al cuerpo enderezarse y arquearse, y a los órganos conservar un espacio apropiado para su funcionamiento. Punto de anclaje para los músculos, los cuales al contraerse generan movimiento.
El esqueleto humano es el conjunto organizado de huesos y cartílagos que forman y estabilizan el armazón del cuerpo. Está formado por 206 huesos, piezas rígidas y resistentes; pero también por partes más blandas llamadas cartílagos. Ellos recubren los extremos de los huesos, y forman ciertas estructuras como la nariz, el pabellón de las orejas y parte de las costillas. Los huesos se unen en las articulaciones por medio de los ligamentos.



Podemos dividir al esqueleto humano en dos categorías: • el esqueleto axial: sus huesos forman el eje principal del cuerpo (cabeza y tronco), e inclusive constituyen las paredes de cavidades corporales como por ejemplo: cráneo, columna vertebral, costillas, esternón, etc.• el esqueleto apendicular, está compuesto por los huesos de las extremidades tanto superiores como inferiores y los huesos de los hombros (cintura pectoral) y la cadera (pelvis) que conectan los miembros con el esqueleto axial.


Nuestros huesos están formados químicamente por un 33% de materia orgánica y por 66% aproximadamente de materia inorgánica: • la parte orgánica está formada principalmente por una proteína, el colágeno, que les confiere elasticidad, flexibilidad y resistencia; • la parte inorgánica está formada por sales minerales, principalmente calcio y fosfato, que son la causa de la dureza y rigidez a las piezas óseas.
Las proporciones entre materia orgánica e inorgánica varían de acuerdo a los requerimientos de cada etapa de la vida. En los niños, por ejemplo, la parte orgánica es comparativamente mayor y los huesos son más flexibles y pueden doblarse. Si en esta etapa no se reciben las cantidades necesarias de calcio pueden ocurrir deformidades como el raquitismo.
El calcio aporta rigidez a los huesos y a los dientes. Pero también interviene en muchos otros procesos orgánicos, tales como la contracción muscular, transmisión de impulsos nerviosos, coagulación de la sangre, etc.
Existen dos tipos de tejido óseo:
• el hueso compacto, de gran dureza y densidad, se ubica en la parte externa, debajo del periostio (membrana que recubre a los huesos); su grosor depende de las exigencias mecánicas. Se dispone en forma de laminillas concéntricas, que forman parte de los llamados sistemas Haversianos.
• el hueso esponjoso es más liviano y tiene forma de enrejado; tiene espacios en los cuales se aloja la médula ósea. Se ubica generalmente en la parte interna del cuerpo de los huesos (diáfisis) y en los extremos (epífisis) de los huesos largos y en los huesos cortos, planos e irregulares.



Las funciones principales de los huesos son aportar rigidez y sostener al cuerpo y proporcionar puntos de inserción a los músculos, de modo que se puedan producir movimientos. Los huesos, junto con los músculos y las articulaciones forman parte del aparato locomotor.
Protegen a los órganos internos como el cerebro, pulmones, etc. formando cavidades rígidas donde estos se alojan, por ejemplo cráneo o la caja torácica.
Otra función fundamental es la de generar las células sanguíneas. Los huesos poseen una parte llamada médula ósea roja, donde se producen los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Existen tres clases principales de células óseas:
• Los osteoblastos están a cargo de la formación del hueso. Sintetizan y secretan colágeno, que se alinea organizadamente formando una matriz orgánica conocida como osteoide. Sobre ella se deposita calcio y fosfato en forma de masa amorfa. Luego, con la adición de iones hidróxido y bicarbonato a la parte mineral se forman los cristales maduros.
• Cuando el hueso mineralizado se acumula y rodea a los osteoblastos hace que pierdan su actividad sintética y de esta forma se conviertan en osteocitos, células que mantienen la matriz.
• Los osteoclastos son las células que tienen a su cargo la resorción y la remodelación del hueso. Este proceso libera calcio al medio y puede responder a necesidades del organismo.
Ya hemos mencionado al periostio, una membrana de característica fibrosa que se adhiere firmemente al hueso. En su cara interna posee a los osteoblastos que intervienen en el crecimiento y reparación del hueso. Su vascularización permite que por medio de sus vasos sanguíneos lleguen los nutrientes a las células óseas.
Clases de huesos
Los huesos largos tienen más longitud que anchura, como el humero, el fémur, las falanges de los dedos, etc. Actúan como palancas para producir movimiento en la contracción muscular. Los huesos largos de los miembros inferiores soportan el peso corporal. Llamamos diáfisis al eje o cuerpo de los huesos de característica hueca y epífisis a sus extremos. Podemos distinguir en la diáfisis una capa externa de hueso compacto de aprox. 3 mm. de espesor y en la parte interna encontramos una pequeña capa de hueso esponjoso rodeando a la cavidad medular, los extremos son particularmente esponjosos y expandidos, en los cuales el hueso compacto es más delgado. En la cavidad medular de la diáfisis de los huesos largos de un adulto encontramos la médula ósea amarilla (principalmente grasa). Esta puede volver a transformarse en médula ósea roja. En la epífisis o extremos, los intersticios de los huesos esponjosos están llenos de médula ósea roja o tejido hematopoyético.
Los huesos planos son, como su nombre lo indica, aplanados y levemente curvos. Podemos nombrar el omóplato, los huesos del cráneo, etc.
En los huesos del cráneo, por ejemplo, el hueso compacto forma una tabla externa y otra interna, en el medio de las dos encontramos hueso esponjoso, el cuál es rico en venas y se llama diploe. Estas dobles capas compactas cumplen una función de protección ya que un golpe en la cabeza puede fracturar la capa externa y no la interna de esa forma no se daña y se protege al encéfalo.
Huesos cortos son, por ejemplo, los huesos del carpo (huesos de la muñeca), los huesos del tarso (huesos del tobillo), etc. Se hallan agrupados. Permiten el movimiento formando puentes de conexión. Intervienen más en cuestiones de estabilidad, como por ejemplo en el caso del tobillo.
Por último están los irregulares, que no se incluyen en ninguna de las otras clasificaciones. Por ejemplo las vértebras que forman la columna vertebral, huesos de la base del cráneo, etc.
Encontramos medula ósea roja en un adulto, solo en las epífisis de los huesos largos, en los huesos planos, en los cortos y en los irregulares.
Durante esta etapa trabajaremos sistema osteoartomuscular. Aquí se accederá a información teórica sobre el mismo y a distintos tipos de actividades los cuales deberán ser realizados.
Las diferente actividades serán comentadas en el salón y se deberán entregar a la casilla de correo de la practicante